miércoles, 31 de agosto de 2011

Día siete

Cualquiera que viva una mudanza, sabe que en el destino nuevo, hasta que no almacenes alimentos, ¡no tienes nada que comer!. Como todo lo antes escrito, también en esto, puede realizarse una buena autocrítica. Al cambiar de casa y ambiente vital descubres como observador de tu propia existencia, cual era tu alimentación. Alimentos que por recomendación o por una primera compra compulsiva del mismo, desde entonces formaba parte de mi dieta, sin realmente necesitarlo. Después de lo vivido, sin temblarme el pulso, eliminé todo aquello que no me interesa de la lista de la compra.
Junto con los alimentos está el lugar donde se guardan. El frigorífico, es ahora comunitario, y esto requiere minimizar al máximo los elementos a guardar. Además, tras comprobar que suelo congelar, comprobé que ya no congelaba nada, por lo que me deshice del mismo, un gasto de energía innecesario.

jueves, 18 de agosto de 2011

Intermedio

Gracias de corazón por leer esto que escribo. No soy sabio y por ello no puedo asegurar lo que está bien o mal. Pero la experiencias de la vida me enseñaron a coger el cielo con las manos, a reír y a llorar esto que te cuento, a coser mi alma rota, a perder el miedo a quedar como un idiota, a empezar la casa por el tejado y a dormir cuando mi pequeño no está a mi lado. (Gracias Fito)


lunes, 15 de agosto de 2011

Día seis por la noche

El materialismo es imprescindible!!. Quiero ser consciente de la materia que me rodea y poder percibirla con todos sus matices. El materialismo vulgar solo es aquel que intenta adormecer los sentidos y hacernos vagabundos existenciales, actores secundario de nuestra propia existencia.

De la forma en que las lagunas africanas se llenan en las épocas lluviosas, intento cambiar mi actitud gota a gota hasta lograr, sentirme realizado. El vivir aquí y ahora me supone una meta bastante dura, por ello realizo pequeños cambios de pensamiento que me acerquen a ese estado. Algunos viven entre el proximo lunes, cuando vuelvan al trabajo y lo bien que pasaron el fin de semana anterior. Otros, mas drásticos, quedaron anclados en su infancia, dando de vez en cuando saltos a un futuro atemporal en el que todo irá mejor. Comienzo con la técnica de la hora: Que hice hace una hora y que haré los próximos 60 minutos. Después de un rato, puedo visualizar mas claramente el momento actual, como en los dibujos 3D cuando llegas a discernir la forma escondida.
Me doy cuenta que lo hecho hace una hora no tiene la menor importancia y pensar lo que haré dentro de una hora es absurdo. Si matemáticamente extrapolamos a mayor margen de tiempo, compruebo que no debo gastar mi vida pensando por que sufrí con una relación, por que discutí con un amigo o el error cometido en el trabajo (que a su vez se une con el futuro y me hace temer en que puedo perderlo). Como en un momento de iluminación (o mas bien tras un "despierta ya!") oigo al perro ladrando, siento calor por estar sentado bajo el sol en vez de ponerme a la sombra. El pie dormido pues sumido en mis pensamientos atemporales, lo puse en mala posición y ahora tengo un hormigueo desagradable. Aquí y ahora, ¡Atención muchachos! aquí y ahora (del libro "La isla" de Aldous Huxley).

viernes, 12 de agosto de 2011

Día seis

Todos los días son diferentes, aunque nosotros podemos hacerlos semejantes, por seguridad y/o miedo. Si vives sumido en la rutina, pierdes el interés y esto te arrastra a dejarte llevar por placebos como salir de compras, ir a un restaurante..., experiencias programadas para tal efecto. Lo que hace especial cada jornada, son las experiencias profundas como descubrir, ayudar, perdonar, conocer, aprender o cualquier otra vivencia que te haga sentirte lleno.

El tiempo pasa y tengo recaídas. Siento por momentos que el agua me llega al cuello, como si todo fuera un sueño y la realidad me golpea para despertar. Entonces recuerdo un poema:

Como Calderón sentencia

la vida es solo un sueño

y esta misma una ilusión

Vivamos entonces con arte

pues los sueños, sueños son